Trabajo distribuido

martes, 10 de agosto de 2010

Durante el mes de Julio del año pasado tuvimos la oportunidad de empezar a experimentar con esta modalidad de trabajo. Si bien la idea rondaba desde hacía tiempo por nuestras cabezas, todavía no habíamos tenido motivos suficientes como para tomar el riesgo de enfrentarnos a este terreno desconocido.

Lo que verdaderamente nos dio el impulso final fue el brote de Gripe A que por ese entonces estaba en su punto más alto. Siendo que varios de nosotros (entre los cuales me incluyo) pertenecíamos al grupo de riesgo, surgía la necesidad de desarrollar medidas preventivas. Entonces, con el objetivo de abogar por nuestra salud, y de paso aprovechar la oportunidad para probar que tal nos iba trabajando de forma remota , tomamos la decisión de replegarnos todos con nuestros equipos hacia nuestros respectivos hogares. Sólo una persona quedó en la oficina haciendo un poco de auxiliar en caso de que surgiera cualquier necesidad.

Mi experiencia

Debo decir que al principio me costó algo la adaptación, sin embargo a los pocos días ya me sentía como “en casa”. Realmente la tecnología con la que contamos hoy en día nos otorga una gran flexibilidad a la hora de trabajar.

Enfocándonos en la calidad de vida, quiero decir que el hecho de evitar las complejidades que se nos presentan camino a la oficina (como el tráfico) es una experiencia más que grata. Esto sin mencionar el tiempo y dinero que nos ahorramos.

Durante todo el mes trabajando en mí en casa sufrí algunos desperfectos técnicos. Afortunadamente como contamos con un buen servicio técnico los pudimos solucionar rápidamente, por lo tanto les recomiendo tener este tipo de seguridad a su disposición.

Los Resultados

Luego de un mes trabajando fuera de la oficina hicimos una evaluación de cómo nos había ido. Los resultados en general fueron bastante positivos:

  • Pudimos mantener sincronizados código y bases de datos sin demasiado esfuerzo.
  • Comprobamos nuestra flexibilidad para trabajar en equipo .
  • Se notó una gran autonomía para administrar los tiempos individuales con responsabilidad.
  • Logramos sostener la productividad.
  • Ahorramos tiempo y dinero en viajes.

En cuanto a lo negativo, creo que una de las cosas más importantes a destacar es la pérdida de la comunicación cara a cara.

Pienso que uno de los ingredientes principales que nos permitió obtener buenos

resultados donde otros fallan, es que hace tiempo que venimos trabajando juntos.

El hecho de que nos conozcamos y que estemos acostumbrados al trabajo en equipo hace que tengamos un lenguaje común. Es mucho más fácil lograr la resolución de un problema cuando las partes involucradas hablan el mismo idioma.

Trabajo Distribuido Hoy

Ahora bien, si esta experiencia nos dio tan buenos resultados cabe preguntarse ¿Por qué no adoptar esta modalidad de trabajo siempre y trabajar todos desde nuestros hogares?

En una empresa como la nuestra, donde mantener el espíritu de equipo y la identidad son valores muy importantes, esto sería difícil. Sin embargo, vimos que podíamos aprovechar esta metodología para los casos en los que nos es más útil y necesario.

Por ejemplo, uno de nuestros compañeros dentro de unos días va a ser padre, y más alla del tiempo contemplado para ello, va a trabajar durante unas semanas desde su casa ya que creemos que es importante que este cerca de su familia. Lo mismo se da para otros casos personales donde un día a la semana o cada 2 ó 3 semanas alguno de nosotros hace trabajo remoto.

Mirando al futuro

Evidentemente esta modalidad está totalmente instalada entre quienes nos dedicamos al software, modificando la calidad de vida de quienes la practican. Me parece importante señalar que para aprovechar los beneficios de la misma y lograr que este cambio sea positivo, no debemos olvidar lo valioso de poder salir de nuestras computadoras y ensayar distintas soluciones entre varios frente una pizarra, experimentar las virtudes de programar de a dos (de la forma” tradicional”) o simplemente compartir una charla extra laboral mientras nos tomamos una taza de café.